EL DESARROLLO DE LA NOCIÓN DE ESPACIO EN EL NIÑO DE EDUCACIÓN INICIAL
(Jeannett Castro Bustamante)
Desde este referente, la
Educación Inicial ...«es aquella que busca garantizar el desarrollo integral
infantil…bajo la concepción del niño y la
niña como seres sociales, integrantes de una familia y una comunidad,
que posee características personales, sociales, culturales y lingüísticas
particulares, que aprenden en un proceso constructivo y relacional con su
medio»
Se hace indispensable que los
docentes, particularmente los que atienden los primeros niveles de educación,
conozcan los principios que definen los tres tipos de espacios que se derivan
correspondientemente de tres tipos de Geometría y que explican las relaciones espaciales,
a fin de poseer los fundamentos epistemológicos que le permitan la selección
adecuada de estrategias de enseñanza y aprendizaje orientadas al desarrollo de
la capacidad de ubicación en el espacio
ESPACIO EUCLIDIANO:
nos lleva, en primera instancia,
a la época de los griegos y a su afán por establecer un sistema de demostración
y razonamiento fundamentado en la «deducción» y en la «formalidad» de
pensamiento.
ESPACIO PROYECTIVO
El espacio proyectivo comprende
la representación de transformaciones en las cuales, a diferencia de lo que
ocurre en las de tipo euclidiano, las longitudes y los ángulos experimentan
cambios que dependen de la posición relativa entre el objeto representado y la
fuente que lo plasma.
Con este tipo de representación,
se busca que el objeto representado sea lo más parecido posible al objeto real;
no obstante, su proyección es relativa.
ESPACIO TOPOLÓGICO
En este tipo de representación,
las transformaciones sufridas por una figura original son tan profundas y
generales que alteran los ángulos, las longitudes, las rectas, las áreas, los
volúmenes, los puntos, las proporciones; no obstante, a pesar de ello algunas
relaciones o propiedades geométricas permanecen invariables.
las relaciones espaciales que
determinan la proximidad o acercamiento, la separación o alejamiento entre
puntos y/o regiones, la condición de cierre de un contorno, la secuencia, continuidad
o discontinuidad de líneas, superficies o volúmenes constituyen propiedades geométricas
que se conservan en una transformación de carácter Topológico.
LA NOCIÓN DE ESPACIO EN EL NIÑO
La estructuración de la noción de
espacio, aun cuando está presente desde el nacimiento, cobra fuerza en la
medida en que el niño/niña progresa en la posibilidad de desplazarse y de
coordinar sus acciones (espacio concreto), e incorpora el espacio circundante a
estas acciones como una propiedad de las mismas.
Tradicionalmente, se ha hecho
énfasis en la enseñanza de la Geometría Euclidiana, es decir en el espacio de
longitudes, líneas, distancias, áreas, medidas y volúmenes y se descuidan los
otros dos aspectos del «espacio total »: el topológico y el proyectivo.
De acuerdo con Piaget la noción
de espacio se construye paulatinamente siguiendo el orden que parte de las
experiencias: Topológicas, Proyectivas y Euclidianas, contrario al orden en que
históricamente fueron formalizadas las respectivas geometrías.
En una primera etapa, el espacio
del niño/niña se reduce a las posibilidades que le brinda su capacidad motriz;
de allí que la noción correspondiente, se denomina «espacio perceptual» y tiene
durante largo tiempo, al cuerpo como centro principal de referencia.
Aproximadamente a partir de los
dos años, las relaciones espaciales más sencillas se expresan mediante palabras
como: arriba, abajo, encima, debajo, más arriba, más abajo, delante, detrás;
dichas expresiones contribuyen grandemente a alcanzar las nociones espaciales.
En esta etapa el niño no puede
distinguir un círculo de un cuadrado porque ambas son figuras cerradas, pero si
las puede diferenciar de la figura de una herradura. Posteriormente logra
distinguir líneas curvas de rectas y figuras largas de cortas, así como también
diferenciar el espacio interior y exterior de una frontera dada o determinar
posiciones relativas al interior de un orden lineal.
la capacidad de representación
del niño; esta condición juega un papel importante en el proceso de
construcción del conocimiento matemático, pues las relaciones aritméticas y
espaciales ...«tratan sobre objetos, eventos, acciones y de las relaciones
entre ellos, de tal manera que el conocimiento matemático es una representación
simbólica de los mismos»
De tal manera que en esta etapa
se va desarrollando en el niño/niña la capacidad de hacer representaciones mentales
de las relaciones espaciales que se establecen entre los objetos y su propio
cuerpo;
el niño refleja la capacidad de
representación de las relaciones espaciales derivadas del desplazamiento, tanto
de su propio cuerpo, como de los objetos, y entre los objetos con los que tiene
contacto.
los docentes del nivel preescolar
o de educación inicial deben tener presente, que, adicionalmente a los aspectos
descritos, el lenguaje y los distintos tipos y códigos de representación, que
de manera gradual va manejando el niño, median entre las experiencias y su
representación.
Alrededor de los seis años
aproximadamente, etapa en la que el niño/niña se incorpora al segundo nivel de
escolaridad formal, los conceptos topológicos comienzan a transformarse en
conceptos proyectivos.
le permite establecer la
representación de su espacio circundante en la que los ejes adelante-atrás,
izquierda-derecha dejan de ser absolutos; es decir, van siendo coordinados en
la medida en que se efectúan operaciones mentales que permiten al niño/niña ver
los objetos desde otro punto de vista.
Paralelamente a los conceptos
proyectivos, los conceptos topológicos se transforman también en conceptos
Euclidianos, lo que equivale a decir que el niño comienza a percibir los
objetos de su espacio exterior no como algo estático, sino como objetos
móviles;
la base del conocimiento
Matemático según Piaget, se encuentra en el proceso reflexivo que el niño hace
cuando acciona sobre los objetos de su entorno. En este sentido, distingue las
operaciones lógicas, que surgen de la manipulación de objetos discretos (clases
y relaciones) y las operaciones infralógicas cuyo punto de partida, son las
partes de un todo continuo (objeto o infraclase).
a
partir de los 9 años de edad; y ya a los once años, puede dibujar
correctamente el desarrollo de un cubo así como también operar mentalmente con
figuras.
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